Qué es lo blanco del fuet. Todo sobre su piel y consumo

fuet
24 mar 2025Curiosidades

¿Quién no se ha preguntado alguna vez qué es la capa blanca que envuelve el fuet? Si eres una de esas personas, a continuación vamos a saciar tu curiosidad contándote qué es, de qué está hecha y si es comestible o no, pero sobre todo vamos a explicarte para qué sirve, dado que juega un papel fundamental en lo relativo a la conservación y el sabor de uno de los embutidos más queridos y consumidos de España. 

El fuet y su capa blanca

Si inventáramos una máquina del tiempo y viajáramos a la época romana, no sería raro encontrarse con una familia degustando un embutido muy similar al fuet, con su misteriosa capa blanca incluida. Y es que los embutidos naturales fermentados tienen una larga tradición en los países mediterráneos —en el caso del fuet, su origen se encuentra en Cataluña y su significado, en clara alusión a su forma, sería “látigo”—. De hecho, se conservan documentos que evidencian la elaboración de embutidos con nombres que aún hoy utilizamos, como “salchichón”. Estaremos de acuerdo en que algo tienen para que su popularidad hoy, más de dos mil años después, se mantenga. ¡Y es que están buenísimos! Pero vayamos al lío, ¿qué es la capa blanca que envuelve el fuet?

fuet


¿Qué es lo blanco del fuet?

En este caso, tanta importancia tiene el qué como el para qué. Lo blanco del fuet es una capa que se genera en la parte exterior de la piel durante el proceso de curación y secado, y su principal objetivo es conservar la carne manteniendo alejadas bacterias perjudiciales. Lo curioso es que esta capa se forma por la acción de un moho, en este caso uno beneficioso, que responde al nombre de penicillium nalgiovense. Además de preservar el producto, este moho también influye en su sabor, su aroma y su textura final. Seguro que asociabas todo este tema de los mohos a los quesos, pero ahora ya sabes que también se utilizan en múltiples embutidos.


¿Qué lleva la piel del fuet y de qué está hecha?

La piel del fuet puede ser natural o artificial. La natural se elabora, tradicionalmente, a partir del intestino delgado del cerdo y permite una mayor transpiración durante la curación. Por su parte, la artificial suele realizarse con colágeno o celulosa y ofrece mayor uniformidad al producto final. En el caso de un producto como el Snack’IN Mini Fuet de Campofrío, ese recubrimiento está elaborado con alginato de sodio y celulosa o tripa comestible de colágeno y celulosa. Independientemente del tipo de piel, la capa blanca que te ha traído hasta este artículo se forma alrededor de ella durante el proceso de curación y secado.


¿La piel del fuet se come?

Generalmente, la piel del fuet es apta para el consumo. Tanto la natural como la artificial. Y de la capa blanca no tienes que preocuparte porque, como ya te hemos contado, el penicillium nalgiovense es un moho beneficioso que no representa ningún riesgo para la salud. Así que la decisión de comer o no la piel está en tus manos, nunca mejor dicho, porque el retirarla o no depende de tu gusto personal. A lo mejor en un tipo de fuet prefieres su presencia y en otros no porque esa piel influye en el sabor y la textura. ¿Eres #TeamPiel o #TeamSinPiel? Eso sí, si la capa blanca presenta un color o una apariencia inusual, opta por retirarla.


¿Se puede comer fuet en el embarazo?

La respuesta es no. El consumo de embutidos no es recomendable durante el embarazo por el riesgo de toxoplasmosis o listeriosis, así que no te la juegues. Mejor prevenir. En cualquier caso, consulta a un médico cualquier tipo de duda que te surja.


¿Cómo se hace el fuet?

El fuet es un embutido curado hecho principalmente de carne de cerdo (aunque también puede ser de pavo, como el Snack’IN Mini Fuet de Pavo), pero ¿cómo se elabora? Lo primero es preparar la carne, mezclando carne magra de cerdo con sal y con diferentes especias, siendo la pimienta la más reconocible. Una vez mezclada, la carne se introduce en la tripa, ya sea natural o artificial. Después hay que colgar el fuet en un lugar fresco y seco —la temperatura y la humedad son muy importantes— y tener paciencia, porque el proceso de curación lleva varias semanas. Durante esta etapa se forma el moho blanco, del que a estas alturas eres todo un experto. El último paso es el secado, que se produce gradualmente y que es el que otorga al fuet su sabor y textura características.