Como si de un antojo se tratara, ¿a quién no le apetece de vez en cuando un bocadillo de chorizo? Será porque nos recuerda a nuestra infancia jugando en la calle o a cuando los fines de semana nos pegamos largas caminatas por la montaña… La cuestión es que este embutido, elaborado con carne de cerdo y pimentón, es uno de los más populares y variados —como vas a poder comprobar a continuación— del país.
La mayoría de chorizos tienen algo en común, su característico color rojo. Su sabor, en cambio, puede variar ligeramente en función de su proceso de elaboración, donde influyen cuestiones como el tiempo de curación o el método de secado, o de sus ingredientes, como el tipo de pimentón usado (dulce, picante o mezcla) o la inclusión de otras especias, como orégano o tomillo. El chorizo es un embutido versátil que da lugar a una amplia gama: fresco, curado, ahumado... Cada variedad, en función de sus particularidades, tiene su propia aplicación en la cocina porque no es lo mismo el chorizo que usamos para los bocadillos que el que usamos para preparar un cocido. Aunque el chorizo se elabora mayoritariamente con carne de cerdo, también puede realizarse con carne de pavo, de jabalí o de ciervo.
La mayoría de chorizos tienen algo en común, su característico color rojo. Su sabor, en cambio, puede variar ligeramente en función de su proceso de elaboración, donde influyen cuestiones como el tiempo de curación o el método de secado, o de sus ingredientes, como el tipo de pimentón usado (dulce, picante o mezcla) o la inclusión de otras especias, como orégano o tomillo. El chorizo es un embutido versátil que da lugar a una amplia gama: fresco, curado, ahumado... Cada variedad, en función de sus particularidades, tiene su propia aplicación en la cocina porque no es lo mismo el chorizo que usamos para los bocadillos que el que usamos para preparar un cocido. Aunque el chorizo se elabora mayoritariamente con carne de cerdo, también puede realizarse con carne de pavo, de jabalí o de ciervo.
“Cada maestrillo tiene su librillo” y lo mismo ocurre con los chorizos. Dependiendo de su lugar de origen, se elaboran de maneras diferentes y cada uno adquiere unas características únicas. Cada región de España tiene su secreto, ligado a tradiciones que se transmiten de generación en generación, pero lo mismo ocurre en el resto del mundo.
Qué mejor lugar para arrancar este repaso que su cuna, España. Y es que este embutido, tal y como lo conocemos hoy, nació en la península ibérica en el siglo XVI cuando el pimentón, recién llegado de América, comenzó a cultivarse en la región de la Vera (Extremadura). Desde entonces, la elaboración de chorizos se extendió por diferentes regiones y cada una le fue dando su particular toque. A continuación, repasamos los más conocidos:
¿Has probado el Chorizo al Corte de Campofrío?
El chorizo en España no sería tal sin un ingrediente como el pimentón, que llegó procedente del continente americano… Lo más sorprendente es que, en aquellas latitudes, el pimentón no suele formar parte de su proceso de elaboración. En cualquier caso, este embutido también tiene una gran tradición allí. El más famoso es el chorizo criollo, un chorizo blanco que se elabora con carne picada y tocino, aderezada con sal, especias y condimentos autorizados, embutida en tripa natural o envoltura artificial. Puede someterse a un corto proceso de maduración, que le asegura su coloración, olor y sabor propios y característicos. También puede recibir tratamiento térmico. Existen diferentes variedades según el país de elaboración como Argentina, Uruguay o Paraguay. Pese a compartir esa denominación, existen diferencias entre países en lo relativo al tipo de carne usada, a sus proporciones y a las especias que se le añaden. El argentino, por ejemplo, mezcla carne vacuna y porcina y se condimenta con ajo y vino cocido. También podemos citar el chorizo mexicano que, cómo no, se caracteriza por su toque picante al incluir chiles entre sus ingredientes. En Colombia, Venezuela o Chile también elaboran sus propios chorizos.
En el resto del mundo también son grandes fans del chorizo. Y es que, aunque España y Latinoamérica, son sus grandes productores y consumidores, no podemos obviar al otro país presente en la península ibérica, Portugal. El chorizo portugués, entre los que destaca el Chouriço de Barrancos, es similar al español en lo relativo a sus ingredientes básicos, pero presenta sutiles diferencias. Del resto de Europa, podemos citar el chorizo húngaro, típico de la ciudad de Gyula, o los chorizos alemanes, que pueden incluir carne bovina. En Filipinas, un país que fue territorio español durante casi cuatro siglos, elaboran una especie de salchicha, la longganisa, que le debe mucho a nuestros chorizos. De hecho, en las islas Visayas, uno de sus archipiélagos, la denominan chorizo, choriso, tsoriso o soriso.
Nuestra siguiente asignatura para sacar una matrícula de honor en chorizos es conocer su clasificación en función de su tamaño y su forma:
Como comentábamos al inicio de este viaje por el mundo del chorizo, no usamos el mismo para un bocadillo que para un cocido. Por ejemplo, para el cocido —o cualquier otro guiso— lo ideal es optar por chorizos con más grasa porque aportan sabor y jugosidad al plato. Para el bocadillo, en cambio, lo mejor es incluir lonchas de chorizos curados que se consuman en crudo. Y, si vas a hacer una barbacoa, compra chorizos frescos que puedan cocinarse al fuego. ¡Prueba con el chorizo gallego o con el chorizo criollo!