2017

Los padres y la alimentación de sus hijos

¿Están contentos los padres con la alimentación de sus hijos?  
 

Padres y madres creen que el tiempo influye directamente en la variedad y el equilibrio de los menús que las familias consumen.
 
Pasta, pizza, salchichas y hamburguesas son los alimentos preferidos por los pequeños mientras los padres buscan introducir verduras, pescado y pechuga en las dietas.
 
Un estudio elaborado por la empresa especializada Sondea junto a Campofrío da las claves para entender los hábitos de las familias y las curiosidades de sus dietas y del día a día en el hogar. Para ello ha contado con la participación de los progenitores, que han confesado sus preocupaciones, sus aspiraciones y los aciertos y errores que cometen a la hora de definir los menús.
 
Sara Lucía Pareja, responsable de Proyectos de Salud de la Fundación Alicia, centro con vocación social dedicado a la innovación tecnológica en cocina, a la mejora de la alimentación de las personas y a la valoración del patrimonio agroalimentario, señala que “la alimentación juega un papel fundamental a lo largo de toda nuestra vida, de ahí la importancia de sentar unas buenas bases desde la primera infancia. Una alimentación variada, equilibrada, saludable y buena deberá adaptarse a las necesidades de cada individuo según la etapa de la vida en la que se encuentre. No hay alimentos malos ni buenos, por lo tanto, la pirámide alimentaria no es excluyente, al final todo es cuestión de cantidad y frecuencia… en definitiva, de la ‘proporción’ entre lo que comemos, cómo lo cocinamos, con quién, dónde y cómo lo comemos y la actividad física que hacemos”. 
 
Además, Domingo García, Director de Calidad de Campofrío Food Group, apunta que “para desarrollar nuevos productos en la compañía es esencial entender las necesidades reales del consumidor, que nos son trasladadas por expertos y estudios como este. Todo ello nos permite pasar por procesos de definición de materias primas y de componentes nutricionales que dan con un producto idóneo, que responde a las necesidades observadas.”
 
Cuestión de tiempo
 
Casi un 70% de los padres reconocen que cuanto más tiempo tienen preparan comidas más equilibradas y variadas a sus hijos. Otra circunstancia que influye en el menú es la edad de padres e hijos: cuantos más jóvenes son ambos, más alimentos cocinados o precocinados se encuentran presentes en las dietas de los más pequeños. Así, el 98% de los niños españoles consumen este tipo de comida en el día a día.
 
El alimento ideal para 9 de cada 10 padres es el que exige poco tiempo de cocinado, no presenta aditivos, es bajo en grasas, sabroso y gusta a los más pequeños pero, para el 60% de los encuestados, encontrarlo en el supermercado es una ardua tarea.
 
Padres e hijos no se ponen de acuerdo a la hora de cenar
 
La hora de la cena es el momento del día en el que más hablan las familias según el 36% de los encuestados y, consecuencia de los gustos opuestos de padres e hijos, el desencuentro está servido.
 
La pasta y la pizza ocupan el pódium de las preferencias de los niños. El segundo alimento favorito de los más pequeños son las salchichas y las hamburguesas y, en tercer lugar, se encuentran los lácteos y quesos. Este dato contrasta con la preocupación manifiesta de los padres por añadir más verdura, pescado, fruta y pechuga de pavo o pollo en los menús de sus hijos.
 
De este modo, la decisión de qué se cenará cada noche provoca que el ambiente familiar empeore. Uno de cada tres padres reconoce que la cena es el momento más conflictivo del día, junto a otros como la hora del baño o de hacer los deberes. Casi el 90% de los progenitores confiesa que obliga a sus hijos a comerse parte de su cena aunque no les guste.
 
¿Se hereda el libro de recetas?
 
La mitad de los padres participantes en el estudio creen que ellos comían mejor que sus hijos a su edad. Además, un porcentaje similar considera que los pequeños de la casa no llevan una dieta tan equilibrada y variada como les gustaría. A nivel global, los padres valoran con un 6,8 su papel como chefs. 
 
Los hijos también tienen algo que decir al respecto ya que, según el estudio, uno de cada tres decide qué se cena en casa. Los niños que no tienen tanta suerte aseguran que no les gusta el sabor de lo que comen. Esto provoca que 9 de cada 10 padres deban obligarles a comerse parte de su cena. Quien se muestra más firme en estos casos es, según el estudio, mamá.